Thursday, February 11, 2010


Los meikeadores de la literatura norfronteriza o bajacaliforniana prometen mucho, pero prometen mucho empeoramiento y nada de mejoramiento.

Si Jesucristo hubiera usado metralleta, la violencia sería mística discontinuada.

El amor no es ciego sino bizco.

Ya bien lo platicaba el máster Arturo Jauretche; que una patada en los merititos güevos, y en el momento en que se requiera arrimarla, puede dar más enseñanza sobre la realidad que chutarse una pinchi biblioteca repleta de libracos.

El destino no es totalmente ineludible, pero en la vida existen brechas por donde se llega más pronto al punto de encuentro con nuestras prioridades existenciales. Y también por los atajos —como dice el Sabinón— se llega al infierno.